Ayer conocí un rincón de la costa brava que no conocía, hace muchos años havia estado en cala Castell en Palamós, però Sonia me descubrió cala s'Alguer, una pequeña y rocosa cala donde se agrupan varias antiguas cabañas de pescadores de paredes encaladas y con puertas y ventanas pintadas de vivos colores, verdes rojas, azules y amarillas, y que en su conjunto preservan como era esta costa 50/60 atrás y que por suerte todo su entorno, junto con pinedas autóctonas, se han podido preservar de la ferocidad urbanistica que arrasa todo a su paso, robandonos un patrimonio natural en peligro de extinción. También he podido tener una buena prespectiva de les Formigues, unos minusculos escollos graníticos a dos o trescientos metros de la costa y que han quedado pendiente de visitar en kayak este próximo verano.
Me sentí tan a gusto que me quedé a dormir y hoy he ampliado el recorrido que hice con ella, descubriendo hasta el último rincón al que es posible llegar de forma autònoma en silla de ruedas y que he aprovechado para grabar en Wikiloc la ruta y compartir así el recorrido con toda la comunidad de usuarios de silla de ruedas que se atrevan a descubrir y conocer este rincón de mundo que por desgracia en pleno verano recibe tal presión turística y por tanto tal erosión en su entorno que tal y como ya estamos viendo en entornos naturales de montaña, habrá que acabar protegiendo para que las generaciones venideras, puedan disfrutar y conocer estos deliciosos rincones de nuestro mediterráneo ya tan difíciles de ver actualmente.
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