Santa Linya

Las estrellas son como los árboles en el bosque, viven, respiran y te están mirando

Haruki Nurakami

Autor de novelas y cuentos japonés

Redescubrir un lugar que ya conoces profundamente puede parecer un ambigüedad pero no imposible. He escalado,corrido, ido en bicicleta,caminado, meditado incluso he volado sobre la comarca de la Noguera pero la silla de ruedas te acaba dando otra perspectiva, busco lugares y caminos que antes no les daba importancia o simplemente pasaban desapercibidos y descubro que  hay unas constantes que se repiten siempre;El silencio, la tranquilidad, el olor a tierra mojada, el sol radiante, el azul cielo, el naranja y gris calcario de su roca y sus paredes, en definitiva, la magia que desprende esta tierra que siempre te premia con un gran día o en este caso con un gran fin de semana que alargare hasta mañana lunes pues he decidido pasar otra noche más en este paraíso cercano pues el viernes dormí en Sant Llorenç de Mongai,  ayer en Camarasa y esta noche escribo estas líneas envuelto en una manta con la puerta de la furgo abierta en las afueras de Vilanova de la Sal, disfrutando de una noche en la que se ve perfectamente la via láctea, ¡¡¡¡ Que maravilla  ¡¡¡¡

El sábado fue un gran día con los Galls (Grup Ascalalors de Lleida) amigos de tantos años escalando, pasamos una gran tarde en la ermita de Montalegre alrededor del fuego en el pequeño refugio anexo a la ermita, asando castañas, tomando unas birras y contando batallitas y paridas clásicas,  luego cenamos en el Pere en Camarasa y fins de fiesta jajajajaja.

Hoy he echo un recorrido muy chulo con la Batec por los alrededores de Santa Linya, un pueblo perdido entre colinas, visita obligada a la Cova Gran donde un buen número de escaladores se atrevían con las durísimas vias que surcan los desplomes y techos de este magnífico rincón de mundo, luego por la tarde he estado por Tartareu, otro pueblo olvidado y escondido del mundo en el que parece que el tiempo se hubiera detenido.  En total unos 25 km de silencio y tranquilidad, de encinares y paredes calcáreas y como colofón he podido disfrutar de la magia de otra puesta de sol, una más en mi vida, me regeneran por dentro y por fuera y  espero que el destino me permita vivir muchas más.