Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer. La existencia no admite representantes”.
(Jorge Bucay)
Psicoterapeuta y escritor argentino
💪❤️👍♿🌍🇫🇷
Es una suerte sentir como voy haciendo nuevos amigos en el devenir de este viaje. Conocer a Jean Michel ha sido lo mejor que me ha pasado desde que puse los pies en Francia. Llego a su casa acompañado de Thierry, es una casa perfectamente adaptada en medio del campo a 30 kilómetros de La Rochelle, comemos unas verduras de su huerto que cocino yo mismo y después por la tarde despedimos a Thierry que regresa a su casa cerca de Toulouse. Después vamos remar un par de horas a un lago que hay cerca de su casa, hacia mucho que no iva en kayak pero me siento genial, después baño en su piscina, colgar la ropa pues he podido lavar mi ropa en su lavadora y a dormir en una cama como dios manda.
A la mañana siguiente vamos a remar al mar, cerca de Rochefort tomamos un ferry que nos lleva a la isla de Aix, conocida por ser el lugar donde Napoleón se refugió antes de su exilio, alquilamos un par de kayaks y pasamos la mañana siguiendo la costa con buena mar, después vamos a un chiringuito y comemos unas ostras y langostinos con vino blanco. Por la tarde vamos a visitar a su amigo Eric, que da la casualidad que tenemos un amigo en común en Barcelona y ya de remate final, vamos al puerto de la Rochelle a cenar al barco de Olivia que ya nos conocíamos de Facebook. El Estrella es un barco magnífico de 18 metros de eslora y adaptado para silla de ruedas puesto que ella es tetraplejica, allí encuentro también a Christopher que navegue con el en Barcelona y conozco a Denis, otro lobo de mar que también tiene un velero, la cena y la charla se alargan hasta pasada la medianoche, a sido un día increíble.
Por la mañana me despido de jean Michel con un abrazo y la emoción de saber que he ganado un nuevo amigo y pongo rumbo a La Rochelle para visitar la ciudad, el puerto es de visita obligada, que preciosidad, el mercado también es muy bonito así como el centro y parte antigua, una ciudad muy accesibles para la silla de ruedas.
Después por la tarde voy a Les Sables de Olonne, un poco más al norte y paseó largamente por su paseo marítimo que por fortuna, tiene un acceso que me permite acceder a la playa y pasear junto a las olas con mi tracción eléctrica. No podía soñar acabar el día mejor pues he aparcado junto al mar, y mientras ceno en la furgo puedo disfrutar de una magnífica puesta de sol.
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