Solo quien ama profundamente el mar, conoce el sabor dulce de la sal
Albert Cogul
Soñador incombustible y viajero sin destino
💪❤️👍♿🌍🇫🇷
Hoy era uno de esos días que no tenía claro que hacer puesto que Le Bernerie en Retz, el pueblo donde he dormido, no aportaba mucho al viaje, así que me decido por ir a Saint Brevin les Pins, un pueblo situado justo en la desembocadura del río Loira, justo en el vórtice de su estuario y ha sido un gran acierto porque es un pueblo muy tranquilo, con poco turismo, y unos humedales llenos de fauna, pero lo mejor ha sido que al sur de estos humedales se extiende una playa kilométrica, donde he podido encontrar un punto por donde evitar la arena blanda y acceder a la arena compactada, y aprovechar la marea baja para pasar toda la mañana. He echo prácticamente 18 kilómetros por la arena entre ir y regresar, y me he fundido batería y media pues en terreno blando el consumo se dispara, he llegado a la furgo casi de milagro jajaja, ha sido una jornada perfecta, disfrutando del sonido de las olas, el olor del mar Atlántico en un día de viento bastante fresquito pues me he tenido que abrigar. La playa con muy poca gente y la que había practicaban alguna actividad, correr o pasear, surf, kitesurf, parapente, kayak y windsurf y su modalidad sobre ruedas , incluso un patinete arrastrado por una pequeña vela tipo kite.
Un día en la playa que a mi me a llenado un montón pues he pasado casi cuatro horas disfrutando del mar. Después un buen plato de pasta y la siesta que no falte, otro de esos días que doy gracias a la vida por regalarmelo.
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