Son pedacitos de tiempo que vivimos con cada persona, no importa la cantidad de tiempo que pasamos con cada amigo, sino la calidad del tiempo que pasamos con el, cinco minutos pueden ser más que un día entero.
Antoine de Saint Exupéry.
Escritor francés autor de El Petit Princep.
Me siento plenamente afortunado por las vivencias que estoy teniendo en este viaje, lo preparé como parche a otro más lejano porque no pude hacer cuadrar lo necesario para irme a Estados Unidos y a la mitad de viaje, ya se que jamás olvidaré lo que la vida me está regalando estos días, me siento plenamente feliz por ello y ahora en nochebuena escribo estas líneas sentado en el café Atlántic en Tarfaya, un pueblo precioso a orillas del Atlántico y con otro mar a sus espaldas, pero este mar es de arena pues es el desierto del Sahara. Da la casualidad que en este lugar perdido en África hay un museo dedicado a Antoine de Saint Exupéry, autor del Petit Princep. No creo que la casualidad me alla traído aquí justamente en un día como hoy pues la obra de este autor me ayudó tanto en el hospital que me tatue en mi antebrazo izquierdo una imagen del Principito, y al ver la imagen del Petit Princep me he emocionado, por no perder la costumbre pues este viaje y el viaje de mi vida siempre lo he vivido con todo el corazón, con mis errores y mis aciertos, pero dando todo lo que tenía en cada momento y solo puedo dar las gracias al destino por estas vivencias que en realidad son fáciles de resumir pues mi camino está lleno de fortuna, como conocer a Laurent, Natali y Amaya, una familia francesa que vive en un oasis y me ha llevado a disfrutar de una fuente termal en medio del desierto. Laurent es psicólogo y ha sido fantástico conversar con el , me contaba que le gustaría hablar de mi a alguno de sus pacientes y poderles transmitir la energía que ve en mi, (me alegro por ello), y también Natalia su mujer que es profesora y que aún se está adaptando a esta nueva vida pues hace 9 meses que viven aquí, es una mujer que transmite mucho, con su gestualidad y su mirada, se la ve plenamente feliz, y Amaya su hija que es un ratón que vive feliz en su paraíso, se la ve con una energía y vitalidad que te inunda todo y tener solo 6 años. Ha sido genial el ejercicio mental de conversar con ellos pues Laurent me habla en inglés porquè nos entendemos mejor, con Natalia en Francès, todo y que suelta algunas palabras en castellano y yo que cuando no les entiendo suelto alguna frase en Catalan, jajaja.
Tambien des las Gracias a Dominique y su esposa, una pareja de franceses de Les Landes que me han ayudado a entrar y salir de las agua termales, y como no a Mohammed de Guelmim por darme información de buenos lugares y acompañarme en algún trayecto, quiero dar las gracias a todas las personas que son muchas que cada día conozco y me ofrecen su hospitalidad, creo que la silla de ruedas les conmueve, y me ayuda a connectar, tambien creo mis turbantes multicolores les sorprenden jajaja , no se, todo un poco però no puedo negar que me estoy enamorando de este lugar tan diferente y magico.
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