M' Hamid El Ghizlane

A donde quiera que vayas,  ve con todo tu corazón 

Confucio 

Filósofo de la cultura China 

Mirar hacia delante y que el horizonte te pida que vayas,  es una buena manera de empezar el día. Hoy he despertado en Tazzarine, y Hadmed, un Bereber que habla bastante bien el español me ha aconsejado tomar dirección Zagora y después hacia Tamgrut y ha sido un buen consejo, paisaje desértico con montañas que van apareciendo detrás de las nubes de arena,  pues hoy hace mucho viento y en algunos puntos, la arena tapa la visibilidad igual que si fuera niebla, todo y as,í en las vaguadas y a sotavento la visibilidad es buena y me regala constantes paisajes de los que las fotografías no consiguen reflejar la belleza real, me paro constantemente a deleitarme con la soledad del lugar todo y que el viento azota la furgo como si un rebaño de dromedarios furiosos quisieran darle la vuelta. Cada entrada a un pueblo te regala imágenes únicas, me encanta ver como los críos se dirigen a la escuela alborotando, hay muchos niños y las niñas siempre en grupo y con la cabeza tapada. Llego a Zagora que es un pueblo ya más grande donde repuesto combustible y tomo direccion a Tamgrut por rectas interminables que cruzan valles desérticos entre colinas de roca desmenuzada,  hasta que después de un collado aparece una estela de palmeras que anuncia el cauce de río, y todo y la aridez del territorio,  las dos orillas hierven de vida y color verde, y así llegó hasta el final de la carretera en M'Hamid El Ghizlane,  un asentamiento Saharaui donde muchos de sus habitantes fueron nómadas o lo practican aún. Aquí conozco a Jamal , que hasta la 14 años vivió como un nómada con su familia y que hoy regenta un pequeño restaurante y también "cazan" turistas para llevarlos a ver el desierto. 

Aquí cada día es un aprendizaje,  una nueva perspectiva de la vida que hoy, paseando por zonas agrícolas a las afueras del pueblo, viendo y hablando con la gente te das cuenta que vivir aquí no es peor ni mejor, simplemente es otra manera de vivir, sin prisa, dejando que las cosas pasen y que todo tiene un como y un porque. Finalmente el día me regala una extraordinaria puesta de sol sobre el desierto que me llena el Alma mientras que al mismo tiempo que el sol se pone, el viento amaina y el frio me recomienda ir a tomar un té caliente.